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La Diabetes y el Adulto Mayor

La diabetes y el adulto mayor.

La diabetes más que una enfermedad es un espectro de condiciones que se caracterizan por una elevación sostenida de los niveles de glicemia (azúcar en la sangre). Básicamente, la glicemia elevada afecta principalmente el sistema circulatorio, por ello, las complicaciones pueden comprometer prácticamente cualquier órgano del cuerpo. Con el paso de los años, las personas que padecen diabetes pueden sufrir diversas condiciones incapacitantes como ceguera, amputaciones de las extremidades, daño renal irreversible, dolor crónico de difícil tratamiento, infartos cardiacos y cerebrales, entre otras.

Las razones que conllevan a padecer diabetes son múltiples, pero finalmente se reducen a un inadecuado funcionamiento de la insulina. La insulina, es una hormona que se produce en el páncreas y es la principal responsable del control de la glicemia. En términos generales, puede suceder que el páncreas produzca una cantidad insuficiente de insulina para cubrir las necesidades del organismo o que, a pesar de una producción normal o incluso elevada, la insulina no actúa adecuadamente, situación que se denomina resistencia a la insulina.

Síntomas de la diabetes

Lamentablemente, la diabetes es una condición que puede pasar desapercibida durante muchos años. Esta es la razón por la que es necesario e importante que los adultos tengan chequeos periódicos de sus niveles de glicemia. Sin embargo, existen síntomas de alarma como lo son la sed excesiva, polifagia o apetito exagerado, poliuria u orina abundante y la pérdida involuntaria de peso de rápida progresión.

Diagnóstico

Para establecer el diagnostico de diabetes se deberá evaluar los niveles de glicemia en sangre. La prueba más comúnmente utilizada se realiza en ayuno, no obstante, también pueden evaluarse los niveles de glicemia después de la ingesta de una carga de glucosa (prueba denominada glicemia pre y poscarga) y un último test es de la hemoglobina glicosilada, el cual es muy útil porque refleja el promedio de la glicemia de los últimos 3 meses.

Todas estas pruebas se realizan en sangre, las molestias que se perciben son las relacionadas con la extracción de la muestra de sangre. El procesamiento en el laboratorio es muy rápido, de manera que los resultados pueden obtenerse e interpretarse el mismo día.

Tratamiento

El enfoque del manejo se basa en tratar de disminuir los niveles de glicemia de la forma más rápida y segura posible, ya que cada día que el organismo lidia con niveles altos de glicemia se produce un daño potencialmente irreversible a nivel de múltiples órganos. Este manejo debe ser personalizado y basado en el establecimiento de metas teniendo en cuenta variables como la edad, el padecimiento de otras enfermedades como la hipertensión arterial, los niveles de colesterol y el compromiso de órganos vitales como el corazón y los riñones, entre otros. Adicionalmente, deberá tenerse en cuenta las preferencias de cada paciente, dado que el tratamiento es crónico y el cumplimiento del mismo es fundamental para lograr un impacto positivo en la salud a largo plazo. Cuando hablamos de metas, se hace referencia al grado de disminución de los niveles de la glicemia y hemoglobina glicosilada.

En el tratamiento de la diabetes se incluyen medidas farmacológicas y no farmacológicas, estas últimas hacen referencia a la implementación de estilos de vida saludable como lo son una dieta balanceada y la actividad física regular. En cuanto al manejo farmacológico, en la actualidad existe una amplia gama de fármacos altamente eficaces, cuya elección debe realizarse en conjunto con el médico tratante. 

Diabetes y adultos mayores.

El riesgo de padecer diabetes aumenta con la edad, en parte por el proceso de envejecimiento a nivel páncreas. De hecho, la diabetes es una de las afecciones crónicas más comúnmente padecidas entre las personas de la tercera edad. Es trascendental diferenciar este grupo poblacional del resto de la población diabética, dado que el comportamiento de la enfermedad puede ser diferente. Debido a que, el adulto mayor puede no percibir los síntomas de alarma de la diabetes en igual medida que la población más joven. Por ejemplo, uno de los cambios más relevantes en este grupo de personas es que la percepción de la sed tiende a disminuir con el envejecimiento y por ello, se incrementa la posibilidad de no identificar niveles francamente elevados de la glicemia. Por otro lado, los cambios neurocognitivos del envejecimiento, también pueden alterar la identificación de signos de alarma de la diabetes.

En relación al tratamiento de la diabetes en esta población, deberán considerarse aspectos como la expectativa de vida, calidad de vida y la seguridad del manejo farmacológico.  Ahora bien, ¿Por qué debe tenerse en cuenta la seguridad del manejo farmacológico? En términos generales, una de las complicaciones más temidas de los medicamentos usados en el tratamiento de la diabetes se conoce como hipoglicemia. Es decir, cuando los niveles de glucosa en sangre bajan de manera abrupta y excesiva. Cuando esto sucede el organismo atraviesa por un estrés fisiológico agudo que acarrea complicaciones potencialmente graves, entre estas encontramos múltiples eventos neurológicos como convulsiones, episodios de isquemia cardiaca e incluso la muerte.